La Estación del Tren Maya, Boca del Cerro, hace alusión al legendario cruce del Río Usumacinta que atraviesa entre dos farallones el territorio de Tenosique de Pino Suárez, Tabasco, llevando ese enorme caudal de agua dulce que recoge del Petén Guatemalteco y los ríos tributarios de la zona, desplazándose río abajo hasta alcanzar las costas del Golfo de México en su salida al mar en el municipio de Centla, justo en el lugar conocido como Tres Brazos, donde se unen el Grijalva y el San Pedro y San Pablo. El puente de Boca del Cerro, se construyo en (1950) por Ferrocarriles Nacionales de México y alcanzó a unir esta rica región con la frontera sur. Hoy se erige monumental y es orgullo de todos los tenosiquenses.
A Pomoná lo acompañan los sitios arqueológicos de San Claudio y Panhalé. San Claudio es un sitio arqueológico único y fascinante que ha sido estudiado por investigadores del INAH y es conocido por su rica historia, se refiere que el sitio fue ocupado entre los periodos clásico tardío y clásico terminal 600 -900 d.C. La ciudad maya de San Claudio una gran centro donde se trabajo la comercialización de obsidiana y pedernal, permitió establecer una importante red comercial en la región para lo cual su cercanía con el río San Pedro Mártir fue primordial.
El otro gran referente es Panhalé, que significa “reflejo de agua y se localiza a 5 km. de la cabecera municipal y a orillas del Usumacinta, en la margen derecha del cañon de Boca del Cerro, poco antes de la salida a la llanura. Este sitio fue clave porque estableció un control total sobre el tráfico comercial en la región.
Tenosique, cuna de una de las más exquisitas gastronomías de Tabasco, destaca por su platillo estelar, La Pigua a la mantequilla o en caldo; un crustáceo color azulado o grisaseo de agua dulce con apariencia de un camarón gigante con grandes tenazas, que llega a medir entre 8 y 15 cm. donde las hembras son de mayor tamaño y que puede llegar a pesar hasta .364 grs. capaz de tolerar aguas saladas con baja salinidad, capturado en las desembocaduras de los ríos y lagunas cercanas al mar.
Otro de las grandes manjares, es sin duda el robalo frito, en posta o en caldo, cuando visites Tenosique no te olvides de pedir una beltrecha de robalo que es majar para los gustos más exigentes. No menos importante en la dieta diaria de sus habitantes es el pejelagarto asado a las brasas y el puchero de res con suficientes legumbres como la calabaza, cilantro, chayote, macal y elote que aportan un sabor fuera de serie y que se produce en el campo de la región de los ríos.
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La producción ganadera de Tenosique, liderea una línea genética de alto registro, su aportación ha abierto un escaparate comercial que los distingue como los mejores productores de quesos, entre los que destaca el de poro, provolone, de hebra, ahumado, requesón o queso crema. En tu visita no puede faltar un recorrido por la Finca los Alvarez, atendida por Don Rodo y que desde 1955 se ha distinguido por producir productos de alta calidad e inocuidad.
Otro espacio gastronómico es Quesos San Francisco que de igual forma tienen un prestigio ganado a pulso y que se caracteriza por una alta calidad de quesos en sus distintas presentaciones.
Pero Tenosique es mucho más, también se distingue por su producción de malanga, plátano macho, frijol, achiote, productos pesqueros de agua dulce, miel y su riqueza maderera, entre la que destaca la teca y una diversidad de especies tropicales.